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VER CARRITODÍA DE LA MADRE
Vino mi madre a verme;
estuvo sentada aquí a mi lado, y, por primera vez
en nuestra vida, fuimos dos hermanas que
hablaron del tremendo trance.
Palpó con temblor mi vientre y
descubrió delicadamente mi pecho. Y al
contacto de sus manos me pareció que
se entreabrían con suavidad de hojas
mis entrañas y que a mi seno subía la
honda láctea.
Enrojecida, llena de confusión, le hablé
de mis dolores y del miedo de mi carne;
caí sobre su pecho; ¡y volví a ser de
nuevo una niña pequeña que sollozó en
sus brazos del terror de la vida!
“La madre”. Del Libro: Poemas de las Madres. Gabriela Mistral
El vínculo más importante, complejo y nutritivo que tenemos en la vida es la relación con nuestra madre; quizás sólo igualado con la propia maternidad. Con la Madre experimentamos nuestro primer acercamiento con la vida, fortalecemos nuestra confianza y desarrollamos el conjunto de estrategias para desenvolvernos en el mundo, otorgándonos esa referencialidad emocional que nos acompaña durante toda nuestra existencia.
Es la madre la encargada de traducir el mundo interno de su hija/o, de poner las palabras y comunicar lo que está sintiendo ese nuevo ser, incluso en el silencio. Labor intuitiva e innata que empatiza con sus propias emociones en una perfecta simbiosis.
Según autores como Carl Jung o recientemente Bert Hellinger, la relación con nuestra madre estará presente cada vez que nos vinculamos con nuestra prosperidad, desarrollamos estrategias frente a la resolución de conflictos o nos relacionamos con otros; quizás allí la necesidad de remirar y honrar el nexo con esta figura arquetípica.
Este nexo particular e individual siempre ha sido tópico de la literatura y con diversos matices, múltiples escritores han incluido las relaciones materno filiales en sus obras.
Emblemáticas madres latinoamericanas resultan ser las figuras presentes en las novelas de Laura Esquivel en “Como agua para chocolate”, donde una madre endurecida intenta re escribir su existencia en la vida de sus hijas, patrón casi similar incluye el colombiano Gabriel García Marquez en muchos de sus cuentos como el mítico “La siesta del martes”,
o en “Paula” de Isabel Allende, donde una madre se enfrenta al dolor más intenso, vivir la agonía de ver morir a una hija. Es esta misma autora quien posteriormente en 1996 reúne a veinte escritoras chilenas actuales que indagan el tema compartido de la relación madre e hija, los problemas de la identidad femenina y la diferencia generacional, en la antología de cuentos “Salidas de Madre”.
Sin embargo; es la literatura reciente la que se atreve a mirar más allá del cuestionamiento o la idolatría y nos invita a nuevos acercamientos y miradas a la madre, como es el caso de
Florencia Bonelli y “La Tía Cósima”, donde la autora desarrolla la relación de una maternidad frente al espectro autista o la exitosa Alyson Richman que después de su aclamado “Los amantes de Praga” nos sorprende con “El secreto de las Nubes”,
novela que relata la historia de Yuri, el hijo de una artista ucraniana, que padece de una extraña enfermedad cardiaca, lo que confronta a sus padres a realizar lo irrealizable en la búsqueda de una cura.
Historias también de superación pasión y resiliencia como en “Las hermanas Chanel” de Judithe Little, donde Antoinette y Gabriele (Coco) Chanel sueñan con un futuro mejor, negándose a aceptar un destino de pobreza y servidumbre.
Este día de las madres, una invitación a honrar la vida y reencontrarnos con nuestro propio anecdotario y recorrido; y por sobre todo bendecir a ese ser humano que vino a sembrar de magia y vida a esta tierra.
Por Victor González Frías
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